05.11.2014

Capital inicial en cualquier idioma

Independientemente del tipo de negocio, hay una cosa que todas las empresas necesitan al principio: financiación. En el pasado, el capital inicial provenía de ahorros personales, préstamos privados de familiares y amigos, y préstamos comerciales tradicionales de instituciones financieras. Mientras que estas formas básicas de financiación inicial siguen proporcionando a muchos emprendedores el impulso necesario para emprender su negocio, las necesidades de capital cambiantes de las nuevas empresas conjuntas han fomentado la aparición de una gran cantidad de nuevos servicios de inversión destinados al mercado de las empresas de nueva creación, que van desde el capital de riesgo tradicional hasta la inversión informal subsidiada (angel investment) y conceptos completamente nuevos de plataformas de financiación con múltiples usuarios.

El capital de riesgo y la inversión informal son básicamente el mismo modelo de inversión de capital inicial, sin embargo, existen algunas diferencias estructurales como los posibles inversores. Las empresas de capital de riesgo responden, por supuesto, ante sus propios accionistas, quienes exigen una inversión que maximice la rentabilidad del capital invertido, mientras que los inversores informales básicamente son responsables de sí mismos o su organización. En la teoría, ambos buscan prometedores negocios de nueva creación que necesiten capital, a cambio del cual las empresas renuncian a una participación en la propiedad de sus negocios a favor de la empresa inversora. A pesar de que los beneficios de tales inversiones pueden ser importantes, el proceso y el plazo hasta que se recupera la inversión realizada puede ser largo y arduo. Por este motivo, es obvio que los inversores prefieren un negocio que ya esté en funcionamiento y que muestre, al menos, un nivel modesto de éxito inicial. Si bien estas exigencias restrictivas ayudan a los inversores a asegurarse de que el negocio es digno de inversión, lamentablemente reducen el rango de negocios que reciben financiación.

Dado que muchas ideas de negocio no lograban atraer a los inversores del sistema de capital tradicional, los emprendedores se encargaron de desarrollar ellos mismos una forma de financiación de capital alternativa y menos restrictiva. Fruto de la combinación de necesidad financiera, nuevas tecnologías y medios sociales, surgió la financiación colectiva (crowdfunding) como un modo de recaudar capital inicial para negocios excluidos previamente de los fondos de inversión. Fundamentalmente, lo que ha hecho la financiación colectiva es proporcionar a un negocio existente, una empresa de nueva creación o incluso una persona con una idea para una empresa de nueva creación, la oportunidad de presentar su idea ante un amplio grupo de personas que, por el motivo que sea, están dispuestas a y desean ofrecer financiación. No sólo se trata de una forma de financiación con una estructura diferente a los métodos tradicionales, sino que además la financiación en sí puede tener formas diversas: algunas son simples préstamos básicos, otras son donaciones más filantrópicas sin obligación de reembolso, y otras siguen el modelo tradicional de dinero a cambio de participación en la empresa.

Aunque los métodos de financiación de las empresas de nueva creación pueden ser diversos y variables, hay una cosa que está bien documentada: el mercado de las empresas de nueva creación y la financiación inicial de las mismas está en auge. La inversión destinada a la financiación de empresas de nueva creación fue de 9.470 millones de dólares en el primer trimestre de 2014 sólo en EE. UU., un incremento del 57 % en comparación con el mismo periodo de 2013 y el nivel máximo alcanzado desde 2001. La financiación colectiva, que es más difícil de rastrear debido a la fragmentación del mercado, tuvo en 2012 más de 1 millón de campañas individuales en todo el mundo (por lo que la cifra actual fácilmente supera esta cuantía) y ha experimentado un crecimiento significativo año tras año.

Gracias a la oferta y la demanda, la globalización, la comunicación y la tecnología, existe una opción de financiación para satisfacer las necesidades de cada negocio. Aun así, una empresa de nueva creación tiene que ser capaz de comunicar correctamente sus ideas a los posibles inversores, y esto puede ser un problema cuando aparecen barreras lingüísticas.

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