12.05.2015

Pizza – Palabra del día

El pasado lunes, el diario The New York Times indicó que había presentado el término «pizza» a sus lectores en septiembre de 1944, cuando describió uno de los platos italianos más populares y emblemático como «… un pastel hecho con masa de levadura y con diferentes centros, todos ellos con tomate. Queso, champiñones, anchoas, alcaparras, cebolla, etc.». Al principio, la pizza solía denominarse simplemente «pastel de tomate» y es interesante destacar que en las recetas se decía que había que poner el queso sobre la masa antes que cualquier otro aderezo.

El término pizza proviene del italiano y este, a su vez, del latín. La primera referencia escrita aparece en un documento escrito en latín en el año 997 a. C., en la pequeña villa de Gaeta, en la que el hijo de un señor feudal promete 12 pizzas al obispo local como homenaje anual.

Pero lo que hace que analizar los archivos de The New York Times resulte apasionante, es descubrir que el plural del término «pizza» es pizze, lo que resulta una incorporación bastante poco común en nuestro vocabulario moderno. Sin embargo, otro medio estadounidense había informado sobre el negocio del queso y la pizza 40 años antes, la revista The Century Illustrated Monthly Magazine, dijo en 1906 que: «el verano no es una buena época para los pasteles pizze y el negocio va mal».

La pizza logró atraer la atención mediática en EE. UU. en el siglo XX, pero la primera persona en introducir este pastel salado en inglés fue John Florio, el traductor medieval cuya misión era llevar la cultura europea a los ingleses. En la primera edición de A World of Words, que contenía la impresionante cifra de 46 000 términos en italiano, la pizza se describía como un «tipo de pastel, simnell (pastel con capas) u oblea».

Aparentemente, el pastel con capas salado italiano no se ganó fácilmente los paladares de los británicos, ya que la siguiente vez que apareció por escrito fue más de dos siglos después, en 1825, en Life and Letters of Frances, Baroness Bunsen. La baronesa Bunsen fue una pintora y escritora galesa que estaba casada con un embajador, lo que le otorgaba la oportunidad de viajar y saborear la pizza: «Nos dieron jamón, queso, frittata y pizza»

Resulta obvio que la pizza era un plato lo suficientemente bueno como para ofrecérselo a una baronesa, y así lo confirma la siguiente referencia escrita. Un manual de italiano de 1845 escrito por Francis Coghlan: «La pizza, un pastel popular hecho de conservas o queso fresco, no es menospreciado por las altas esferas».

Y siguiendo la cronología escrita del término, llegamos hasta la mejor descripción de una pizza, en 1878, en Dolce Napoli: «(Masa) ungida abundantemente con aceite de oliva y con trozos de ajo, anchoas, queso fuerte, tocino rancio y cualquier coas que tenga mucho sabor y poco precio; todo se mete al horno caliente, se hornea y ya está la pizza».

Con otras palabras, las posibilidades en ingredientes son ilimitadas y solo es cuestión de gusto (piense en las pizzas para el desayuno) conseguir una pizza que satisfaga a cualquier paladar y a cualquier bolsillo.